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Fines de la educación y papel de las instituciones sociales

Fines de la educación y papel de las instituciones sociales y Tabla co...
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Fines de la educación y papel de las instituciones sociales

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Luis Alveiro Trujillo Matías.

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Bogotá Septiembre de 2020

Introducción

Los objetivos de este ensayo son dos, en primer lugar, ver la influencia que puede tener la educación en el cambio de un país al estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales llamados los pilares del conocimiento (aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser); en segundo lugar, se abordará la influencia de las algunas instituciones sociales, los medios de comunicación y del Estado sobre la educación y por último el autor propone algunos aspectos que se deben tener en cuenta para mejorarla.

receptáculo mental, sino entrar en diálogo con el saber propio y el saber del otro, de la cultura, de la episteme.

Aprender a hacer: hoy en día resulta muy común hablar de un saber hacer, de una practicidad con el saber, considerando que la teoría, por sí sola, en apariencia, parece que no tiene cabida en una sociedad de la acción y del espectáculo. Sin embargo –más allá de las críticas a esta interpretación, o de las consideraciones filosóficas tradicionales en donde un saber por el saber, como la Metafísica, continúa exigiendo su lugar en el corpus epistémico– adquirir competencias para hacer frente a situaciones cotidianas y para trabajar en equipo resulta fundamental para la educación, pues el ser humano no es un ser cuya naturaleza solo es pensar, sino también se es en cuanto sociedad y, por supuesto, el estar en dicha relación con los otros no resulta nada fácil. De allí que la educación pueda ofrecer unos horizontes de trabajo propicios para la formación de los educandos en relación con la vida práctica, la resolución de problemas en el campo educativo, por ejemplo, es una forma de ver la educación como algo más que impartir un saber: proponer una dificultad, pero, así mismo, las herramientas para llegar a darle un tratamiento, si no una solución.

Aprender a vivir juntos: desarrollar la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia, realizar proyectos comunes, tratar conflictos, respetar los valores del pluralismo, comprensión mutua y paz es tan importante en nuestra sociedad golpeada en décadas por conflictos armados internos, en donde se ha pretendido eliminar la diferencia, la postura contraria, acallar las voces que no resultan oficiales, con el fin de generar cierto status quo bien a nivel individual, bien a nivel grupal. Aquí, desde luego, hay que plantearse las preguntas por la vida y por la otredad; la primera implica comprender la existencia humana desde su amplitud, esto es, su comprensión subjetiva y objetiva, toda vez que es pensarse a sí mismo y pensar en los otros y en lo otro: la

relación del hombre consigo mismo y con el mundo que lo circunda; la segunda, en cuanto sociedad que está en la libertad de trazarse propósitos que propendan por el respeto de ella misma.

Aprender a ser: Mejorar la personalidad, obrar con capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal es, sin duda alguna, una de los retos que la educación –y tal vez más precisamente la formación- se ha planteado a lo largo de la historia, porque, en últimas, aprender una operación matemática, algún enunciado de la ciencia, en fin una teoría, es algo que hoy en día está al alcance de un clic, pero entenderse a sí mismo, en su completud, como un sujeto de derechos, autónomo que comprenda el valor de sí mismo y del otro es cosa que está dada para abordar, parafraseando a Comenio, de la cuna a la tumba. En palabras de Freire (1975), La educación, según tiene como fin garantizar la libertad del individuo, es decir, su realización, su desarrollo como persona humana.

También es necesario resaltar que la educación está presente en todos los ámbitos de la vida del hombre, por tanto, no es solo obligación de las instituciones educativas, esta es un tema de interés común que involucra varios actores como la familia, el Estado, la escuela y la misma sociedad, así lo expone Tabla, A. (2015) “La educación es un hecho social que, aunque se formaliza en la escuela, está presente en todos los ámbitos de la vida del hombre”.

Con lo anteriormente dicho, es claro que la realización del hombre debe considerar mejor la idea de que la reproducción del conocimiento es un fin de la educación, más bien, este es un medio, una condición de posibilidad para desarrollar saberes como los expuestos líneas arriba. En el mismo sentido, podría decirse que los métodos de enseñanza-aprendizaje que aún siguen obsoletamente vinculados a la adquisición de conocimientos, muchas veces quedándose ahí, sin que se relacione con su utilidad o aplicación en el entorno, no favorecen una educación que responda a los contextos del siglo XXI y que aporten al reconocimiento de sí mismo y del otro. Es

Estos medios de comunicación tienen el poder de influir en la cultura de la sociedad, de vender la idea de que el narcotráfico, la corrupción y el crimen son el camino más corto y seguro de conseguir poder y dinero, sin darle un papel relevante a la educación, Inclusive influyen en la democracia y en el poder político. Sobre esto, Tabla, A. (2015) nos dice: ¿Qué nos venden los mass media? Consumimos ficción y violencia. En las novelas y series televisivas colombianas, la educación es un obstáculo para el progreso individual y colectivo. Se resalta la mafia, el narcotráfico y la delincuencia como caminos seguros hacia el éxito. Y esto es reafirmado en las calles. Los niños y jóvenes, dentro de un contexto de pobreza e inequidad, están próximos al microtráfico, a las bandas criminales, a los grupos insurgentes. En este ámbito, la concepción de educación no es la misma que tiene la familia, ni mucho menos, las instituciones educativas.

En estas diferencias marcadas de clases sociales influye el Estado, ya que él como poder administrativo y soberano del territorio no brinda las garantías suficientes para el ejercicio de la libertad de los individuos, de su educación y del respeto por sus derechos. Al contrario, lo que busca, a través de sus mecanismos, es que las estructuras de clases sociales perduren en el tiempo. En efecto, los diferentes gobiernos estatales se hacen elegir con promesas de bienestar y desarrollo que, una vez asumido el poder, tergiversan o no llevan a cabo bajo excusas de crisis económicas, eventos inesperados o, la mayoría de las veces, culpando a la administración anterior. Así, se entra en el círculo de que una propuesta de gobierno se presenta como la “salvadora”, pero una vez en ejercicio y luego de su mandato, termina ofreciendo excusas a su no cumplimento, o mostrando los logros parciales que realizaron, dejando de lado los sin-voz, los marginados y las realidades sociales que poco o nada muestran los medios de comunicación. En relación a esto, Tabla (2015) sostiene: “se cuestiona el papel del Estado como institución de carácter suprafuncional que, en

principio, debería garantizar la libertad de los individuos. Pero en realidad, lo que busca, a través de los aparatos políticos, es el mantenimiento de la estructura de clases”.

Para que se empiece a notar un cambio positivo en el país en necesario, a juicio del autor, que se tenga en cuenta lo siguiente. 1) Se aumente el porcentaje del PIB que Colombia invierte en educación. 2) Que se disminuya la tasa de analfabetismo en el país. 3) Que se invierta más en investigación. Estos aportes deben venir del sector público y del privado. En definitiva, la investigación en un país beneficia a todos sus habitantes. 4) Que los docentes se califiquen mejor, es decir, continúen estudiando y además de ser docentes, se conviertan en investigadores educativos y 5) Que se mejore el acompañamiento y seguimiento en casa para los estudiantes.

Referencias.

Brigido, A. (2006). Sociología de la educación: Temas y perspectivas fundamentales (pp. 37-45). Córdoba, Argentina: Editorial Brujas.

Delors, J. (1994). Los cuatro pilares de la educación. En La Educación encierra un tesoro (pp. 91- 103.). México: El Correo de la UNESCO.

Tabla, A. (2015). La crisis educativa en Colombia: Un análisis desde las instituciones sociales. Revista Humanas en Contexto (2) 109-118.

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Luis Alveiro Trujillo Matías.
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