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Dialnet-Principios De La Heraldica YLa Vexilologia-5696294

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PRINCIPIOS DE HERÁLDICA Y LA VEXILOLOGíA

PEDRO CORDERO ALVARADO

Diplomado Superior en Heráldica, Vexilología y Ciencias Nobiliarias Académico de Número de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía

A pesar de ser la Heráldica una ciencia casi milenaria, y aun estando en este siglo XXI recién comenzado -en el que vivimos- sujetos a toda suerte de guerras, de ataques terroristas que ponen en peligor la existencia del género humano, y a pesar de estar inmersos en un proceso de globalización y de fusión de los grandes poderes e intereses: económicos -brusátiles-, agrícolas, industriales, ganaderos mediáticos, etc., buscando algunos afanosamente -egoístamente- acumular en muy pocas manos la mayor cantidad de riqueza posible, aunque sea a costa del sacrificio y de la explotación de grandes masas de población, las que no llegan a cubrir sus mínimas necesidades vitales, siendo -por estas causas- presas de la desesperación, del hambre y de la miseria más espantosas. Pues bien, a consecuencia de todo lo anteriormente expuesto, la humanidad se encuentra sumida en una grave crisis de valores humanos o lo que es lo mismo éticos -mo-rales- ¡y no hablemos de los valores religiosos! Pero, a pesar de todo, aún se mantiene encendida en el fondo de las almas de muchos hombres la lamparilla del conocimiento, de la curiosidad, sin que nadie pueda apagarla, porque la luz de la razón -el afán de saber, de indagar las causas primeras- es consustancial con la naturaleza humana y porque la búsqueda de la sabiduría es el anhelo que guía los pasos de las almas puras.

Y en esa aspiración por buscar la verdad, el hombre intenta de manera acuciante, siguiendo los impulsos de un deseo imperativo, investigar acerca de sus orígenes, de sus antecedentes familiares, en una lógica necesidad por saber de dónde viene, para encaminar sus pasos hacia donde quiere llegar. Y es aquí, en este lugar, en el que se sitúan, donde se encuentran ubicados los estudios heráldico-genealógicos , que nos proporcionan los datos que antes requeríamos. Estudios que, en los tiempos que corren, han tomado una fuerza, un brillo y un lustre espectacular, ser tratados bajo el prisma de la investigación sistemática y de la seriedad científica más rigurosas, consideración que anteriormente se olvidaba por regla general para caer en los tópicos de las leyendas y las fabulaciones que no tenían demostración contrastada.

PRINCIPIOS DE HERÁLDICA Y VEXILOLOGÍA

INTRODUCCION

EL HINOJAL Revista de estudios del MUVI Numero 3

Pero muchos intentan, de forma errónea, conocer a sus posibles antepasados, a sus ancestros, bebiendo en las aguas corruptas de falsos manantíos; y así encargan a ciertas empresas dedicadas a este delicado asunto (son los vivales y los aprovechados de turno -como en el timo de la estampita-), para que les confeccionen el escudo de armas que presuntamente corresponde a sus ascendientes, blasón que es más falso que el beso de un judas, y por él desembolsan el pago de una cantidad, que no suele ser pequeña. Falso emblema con el que, a la par que satisfacen su egolatría, cubren aquella apremiante necesidad que tenían de conocer sus antecedentes familiares, aunque sepan que son espúrios.

Ignoran que, para conocer con seguridad y fiabilidad quiénes fueron sus antepasados, hay que confeccionar un árbol genealógico estudiando en su lugar de origen las partidas de nacimiento, bautismo, matrimonio y defunción de sus antecesores: padres, abuelos, bisabuelos, etc., así hasta llegar al ancestro que poseyera un escudo de armas, si es que lo tenía. Si no fuera así, no pasa nada, porque ha habido grandes hombres en la historia -la mayoría- que carecieron de blasón y sin embargo son considerados como paradigmas y benefactores de la humanidad, bien por sus actos, bien por sus descubrimientos bien por sus hazañas, etcétera, puesto que la caballerosidad, la altura de miras, el afán de servicio y el amor al prójimo hay que sentirlos más en las fibras de nuestro corazón que en las armas de un emblema.

LOS ESCUDOS DE ARMAS COMO SÍMBOLOS

Llamamos símbolo, a toda cosa sensible que se toma como signo figurativo de otra en consecuencia de un convenio o analogía que el entendimiento percibe de ella. Símbolo es, pues, toda figura real que, además de lo que es por su propia naturaleza, representa algo diferente de ella. Semiótica es la ciencia que tiene como objeto formal el estudio de los símbolos (signos).

Los escudos de armas son, en consecuencia, emblemas que representan a las personas y a las familias. El estudio de cada uno de los linajes forma una rama conocida en las ciencias armeras con el nombre de Heráldica familiar.

Luego, a través de los siglos, la posesión continuada de un territorio por un linaje ocasiona la adscripción de las armas familiares a esa jurisdicción concreta, lo que propicia el nacimiento de la Heráldica territorial, según Faustino Menéndez Pidal. En el día de hoy las naciones, regiones, ciudades y villas, se representan por escudos de armas,

CAPITULO I: DE LA HERALDICA

EL HINOJAL Revista de estudios del MUVI Numero 3

a) Preciso.- El mensaje, la relación que se establezca entre el emisor (escudo) y el receptor (persona que lo contempla), ha de ser automática, maquinal, es decir, que éste identifique aquellas armas con el lugar de pertenencia realizando el menor número posible de operaciones mentales y especulativas.

b) Nítido.- Para lograr lo anterior, el escudo tiene que ser claro, diáfano, de fácil distinción, sin que ofrezca ningún tipo de dudas al que lo observa. Y, para conseguirlo, las piezas y los muebles -las figuras- que lo conformen han de someterse a unas normas o reglas tradicionales (que los clásicos llamaban leyes armeras ), de las que luego hablaremos.

c) Inequívoco.- O lo que es lo mismo, propio, específico, que no pueda ser, en modo alguno, confundido con otro.

d) Original.- Las armas que figuren en su campo serán peculiares, de personalidad contrastada (sobre todo en el tipo de los escudos municipales y, en general, en cualquiera de los emblemas territoriales). Para ello procuraremos no incluir cualquier clase de mueble que pueda ser común con los de localidades cercanas.

Así, a ser posible, nos abstendemos de frutas, espigas, matorrales, etc., y de otros productos del campo que, por ser ge-néricos a todos los países del globo, restan personalidad a cualquier emblema que los incluya en sus cuarteles. Como, asimismo, procuraremos no colocar paisajes, vistas, estampas marinas, salidas o puestas de sol, etc., dibujados con todo lujo de detalles (más propios de una exposición pictórica), y que también son comunes a la naturaleza del planeta y, en consecuencia, pueden ser admirados en sus más diversos ámbitos.

Para lograr un escudo que reuna las características idóneas, de lo que se denomina ciencia y arte heráldicos, hemos de usar de aquellas reglas -o normas- armeras , de las que anteriormente hablamos, como también, del diseño heráldico.

DE LAS NORMAS HERÁLDICAS

Para obtener las cualidades más arriba mencionadas, en los emblemas aplicamos los principios de las Ciencias Heráldicas , entendidos como: el código de reglas que permite la correcta descripción (blasonamiento) y representación (diseño) de los escudos de armas.

Blasonar (blasonamiento) es el acto mediante el cual definimos con precisión y claridad un escudo de armas, usando de la terminología apropiada (lenguaje heráldico).

Una de las normas heráldicas tradicionales es, en síntesis, la que podríamos llamar: Ley del esmaltado.

PRINCIPIOS DE HERÁLDICA Y LA VEXILOLOGíA

En Heráldica existen cuatro colores preceptivos, a saber: azur (azul), gules (rojo), sinople (verde) y sable (negro). Dos metales: oro (amarillo) y plata (blanco), y el púrpura (morado) que puede oficiar de metal o de color, y dos forros: armiños y veros. Hacemos constar que estos colores no admiten gradaciones de tonos, es decir, no puede usarse del azul celeste, del turquesa y del prusia, del verde claro y oscuro, del rosado, del amarillo limón o del gris perla, por poner algunos ejemplos. Pues bien, esta ley dice que no debe colocarse un color sobre a otro color, ni un metal sobre otro metal. Así, no deben ir unidos el sable y el verde, o el oro y la plata, etc. Esta norma no es un capricho de los heraldistas, sino que está en función de mantener la nitidez an-tes citada-, conseguida a través de los contrastes entre los tonos cromáticos 1. Otra norma que sería conveniente observar, es la conocida como: Ley de la plenitud. Y, en consecuencia, todo mueble o figura debe tender a ocupar la mayor parte del campo pero sin tocar los bordes del escudo 2. La tercera de las reglas es la que pretende obtener mediante la simetría, una armonía formal entre los diferentes elementos que figuran en el emblema, es la que podríamos denominar: Ley de la buena disposición. Por ella, todo mueble o figura debe de colocarse mirando hacia la derecha del escudo, que es la mano izquierda del espectador que lo observa de frente. Si así no fuera se estaría quebrantando una importante regla, pues los muebles contornados, sobre todo tratándose de animales (leones, caballos, lobos, etc), si están en esa posición pueden ser considerados como armas a rebatir o de enquerre, según dicen los franceses (de averiguar ), pues su presencia en los escudos familiares puede ser considerada hasta un síntoma de bastardía 3. En el supuesto de que hubiera tres figuras se colocarán dos en el jefe -arriba- y una en la punta -abajo-. Si el número de muebles fuera superior a tres se situarían de forma armónica sobre el campo (en aspa, en cruz, en palo, faja, en perla, etc.) 4 , pero nunca amontonados, pegados, o abigarrados (como los vemos en algunos ejemplares de los emblemas municipales que nosotros hemos estudiado), tema éste que puede perturbar la nitidez del blasón y, en consecuencia, su identificación rápida.

1 .- No es gratuita esta determinación de los heraldistas de no usar color sobre color, etc. Una aplicación actual de esta ley armera la advertimos en las señales del Có digo de la Circulación , que usan metal sobre color y vice- versa, sobre todo, en las señales que, por mor de la velocidad del vehículo, necesitan proporcionar al conductor una información (mensaje) rápida y precisa. Comprobar cuanto afirmamos sobre el Código citado. 2 .- MESSÍA DE LA CERDA Y PITA, Luis Francisco: Heráldica Española. Madrid, 1990; pág. 18. 3 .- Hay veces que encontramos los leones y otros animales contornados, esta anomalía puede deberse a un error del cantero que esculpió la pieza o a una posición de cortesía, sobre todo si son tenantes, o si tiene situado otro escudo a su izquierda. 4 .- ATIENZA, Julio de: Nociones de Heráldica; pág. 10. Cáp. IV. Las Figuras: Las Figuras heráldicas.

PRINCIPIOS DE HERÁLDICA Y LA VEXILOLOGíA

las señales de los sellos a sus escudos, naciendo los escudos de armas propiamente dichos, los que fueron tomando después un claro sentido territorial. Así Alfonso IX de León incorpora la figura de un león a su escudo, Fernando III, el Castillo, y todos los demás monarcas peninsulares, naciendo con el paso de los siglos la heráldica territorial, al asociarse las armas personales de los monarcas a la demarcación de territorio concreto.

DE LAS ARMAS MUNICIPALES

Los escudos de armas municipales se originan, según estudia Faustino Menéndez Pidal de Navascués, en los sellos concejiles , si bien, éstos, no llegan a plasmarse de forma real en un escudo, hasta que el concepto topográfico de villa, ya unitario, no supera al colectivo de concejo 7 ; hecho que, en España, dura un siglo aproximadamente, desde finales del siglo XIV hasta los últimos años del siglo XV.

CARACTERÍSTICAS DE LAS ARMAS TERRITORIALES

A diferencia de las armas familiares, que incluyen en número variable de cuarteles, casi siempre numeroso luego de varias alianzas matrimoniales, las armas municipales se suelen caracterizar por su sencillez, teniendo en cuenta que su origen era el sello de los concejos, como dijimos. Resumiendo. Pudieramos hablar de la ausencia de particiones su el campo o, como máximo, una sola partición, ya cortado, partido, tajado, etc. Es más raro el cuartelado (conste que nos estamos refiriendo a los escudos de solera, a los seculares y de larga tradición), aunque, en realidad, no se excluye ninguna otra forma. Evitan los emblemas municipales cargar el campo con un gran número de muebles o figuras, en función de la claridad y de la precisión antes aludidas. Esta sencillez, viene dada como consecuencia de que, en su origen, se transcribían al escudo las armas del sello concejil, que solían ser de tipo parlante o alusivo al nombre del santo patrón, un monumento o vista de la población, una escena de navegación o pesca en los puertos (...) 8. Un factor muy importante que hay que tener en cuenta, por otro lado, en cuanto a la dificultad visual que supone el abigarra-miento de las figuras o el excesivo número

7 .- Vid la obra de este autor: Los emblemas heráldicos. Una interpretación histórica. Madrid, 1993; pág. 72. 8 .- MENÉNDEZ PIDAL DE NAVASCUÉS, Faustino: Apuntes de sigilografía española. "Ediciones Aache"; Guadalajara, 1993; págs., 43 y ss.

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de los cuarteles en este tipo de emblemas, es en el momento en el que hay que reducirdos para su reproducción en los membretes de los impresos oficiales, en sobres o en cuartillas, oficios, etc., asunto éste por el que también se aconseja la máxima simplicidad del símbolo.

DEL TIMBRE EN LOS EMBLEMAS TERRITORIALES

En su origen, los emblemas municipales solían carecer de timbre y de cualquier tipo de adorno exterior (yelmos, lambrequines, collares, banderas, cruces, etc.), que eran elementos específicos de la Heráldica personal y familiar.

En España, con posterioridad, hacia finales del siglo XVIII (salvo algunas excepciones, como la villa de Madrid, entre otras, que ya se timbraba desde el siglo XVI -por especial privilegio del Emperador Carlos V- con una corona real de España abierta, conocida con el término genérico de coronel , que era la que se usaba en aquellos años), los escudos de armas municipales comienzan a adornarse con una corona indefinida. Hoy se timbran con una corona real de España (o cerrada). Esta corona debe de ir sumada al escudo, es decir asentada sobre él, (vid la imagen número dos de la lámina primera) y no surmontada - volando- como se coloca incorrectamente en muchos

emblemas (vid el dibujo número uno de la misma lámina) 9. Las coronas reales abiertas, que dejaron de utilizarse desde los tiempos de Felipe II, se colocan en la actualidad sobre los escudos de las entidades municipales menores: aldeas, caseríos, anexos, o bien sobre los blasones que usan las agrupaciones culturales, deportivas, casas regionales u otras de índole similar.

En Europa, los emblemas de muchas de sus capitales de nación y ciudades de provincia carecen de timbre; aunque hay excepciones, por ejemplo: el escudo de la ciudad de París se timbra con una corona mural, lo mismo que los emblemas de San Juan de Puerto Rico y de Montevideo, en el continente americano. El de Santo Domingo se encuentra acolado por un grifo que lo soporta y el de Santiago de Chile se timbra con un corona de ocho florones.

Como punto final de este capítulo, y según hemos hecho constar en numerosas ocasiones, en la creación de todo nuevo símbolo -ya sea heráldico o vexilológico- de cualquier entidad, sea autonómica, municipal, cultural, deportiva, etc., las armas y los colores que en los nuevos emblemas figuren se deben exclusivamente a la voluntad expresa o a los particulares criterios de sus creadores. Éstos tienen la potestad de adscribir los muebles o particiones que consideren idóneos para representar la idea que deseen plasmar, aunque, en numerosas ocasiones, no se ajusten a las reglas y a las normas seculares de la Ciencia Heráldica. Pero, pese a ello, los nuevos símbolos pasan a tener

9 .- Lámina número uno extraída de mi obra: El escudo de Extremadura, precisiones y rectificaciones heráldicas. "Instituto de Estudios Heráldicos y Genealógicos de Extremadura", Cáceres, 1994. pág. 52.

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blasones son mucho menos visibles entre un grupo compacto de gente, al no poder ser enarbolados.

Quedan por ello los emblemas, en la actualidad, relegados a manifestaciones estáticas, como pueden ser: su lucimiento en las fachadas de los edificios oficiales, como timbre de documentos, para lucir en los uniformes o en otras vestimentas de funcionarios estatales o municipales, en los vehículos oficiales de la policía nacional o municipal, etc.

NACIMIENTO DE ESTA CIENCIA

La Vexilología -aun sin tener el nombre actual- existe desde hace milenios, y nace de la necesidad de agrupar a los combatientes en el campo de batalla. En ella advertimos varias finalidades, tales como. 1º.- Conocer dónde se encontraba el mando de las tropas en el campo de batalla, y 2º.- Diferenciar a las tropas propias de las fuerzas enemigas 14 , además de otras funciones, que no significamos en estos momentos para no alargar estas páginas en demasía.

Pero hablar aquí y ahora de la historia del nacimiento y de la importancia de las banderas como una parte fundamental de las Ciencias Sociales y como uno de los elementos de aglutinación de los miembros de una misma cultura, cuyos componentes son los que las crean, utilizan, y lo que es más importante, las asumen como generadoras de sentimientos colectivos, sería una tarea que excedería de los ámbitos de este ensayo - como decimos- por cuanto que ocuparía las páginas de un grueso volumen. Y, demás, porque es una idea que ya anida en la mente de nuestros lectores, por cuya causa no tenemos que convencerlos de la importancia de este símbolo pues lo ven ondear diariamente en sus ayuntamientos o en las múltiples manifestaciones de la vida en las que un conjunto o colectivo de gente quiere agruparse o darse a conocer.

Por todo lo expuesto, somos conscientes de que todo cuanto concierne a la creación de una bandera, por lo que significa en sí, como representación del sentimiento colectivo y de la esencia misma de una nación, región, ciudad o de la villa de que se trate, de su cultura, de su historia, de su formación, ha de merecer, como ya lo ha merecido el escudo, de una primordial atención por parte de los interesados, por cuanto que son símbolos que engendran una serie de valores emocionales -anímicos- difícilmente evaluables y de una especial trascendencia personal y social.

14 .- CADENAS VICENT, Vicente: Manual de Vexilología , Madrid, 1976.

PRINCIPIOS DE HERÁLDICA Y LA VEXILOLOGíA

PASOS QUE SEGUIMOS PARA LA CREACIÓN DE LA BANDERA MUNICIPAL

Son numerosos los caminos a seguir para crear una bandera con visos de credibilidad y posibilidades científicas, según comenta el citado don Ricardo Serrador Añino. Entre otras vías, recurriremos a:

*** La exploración de los posibles antecedentes vexilológicos, si es que existen, para ello bucearemos en los archivos, la existencia de antiguas milicias concejiles, que se acompañaban con un pendón heráldico. O bien, investigaremos entre los antecedentes de los antiguos señores de la localidad, si alguno de ellos tuvieron en alguna ocasión mando de tropas. En este caso enarbolaban su pendón pesonal, como sucede en el caso de Leganés, que don Diego Messía de Guzmán, I marqués de Leganés, Comendador Mayor de León de la Orden de Santiago, Grande de Castilla, etc., su señor, se hacía acompañar junto a sus tropas por una bandera azul turquí, con las armas de su linaje 15 , según se observa en un cuadro que se conserva en el Museo del Prado, -marcado con el número 1716- nacido de la mano del pintor flamenco Pieter Snayers, y titulado "Socorro de la plaza del Lérida en 1646" 16.

*** La investigación de otros elementos históricos que nos pudieran servir como piezas de contraste para formar juicios de valor en la investigación que estamos efectuando, elementos tales como: sellos concejiles, medallas, troqueles sigilógráficos, estampas, grabados, antiguas vestiduras bordadas, muebles, laudas sepulcrales, o cualquier otro elemento similar. Pero si tampoco existen recurrimos al:

*** Estudio exaustivo del escudo de la localidad, por cuanto que los esmaltes que tiñen el campo y las figuras, nos van a ser determinantes a la hora de fijar los colores en el paño de la bandera que queremos crear.

Como es sabido, las proporciones de las banderas varían según las normas, usos y costumbres de cada país. Si estudiamos los estados de nuestro entorno cultural advertimos que la bandera británica se construye sobre las proporciones de uno a la vaina, batiente o pendiente (que son los nombres que recibe su anchura), por dos al vuelo (o largo); la bandera germánica adopta como medidas tres al batiente por cinco al vuelo; las banderas francesas y españolas, observan unas disposiciones de dos al batiente por tres al vuelo. Estas últimas medidas son las que ofrece el conocido "Pendón de San Jorge", del Concejo de Cáceres, una bandera heráldica medieval, que está considerada como de las más antiguas de las que se conservan en España. Idénticas medidas se observan asímismo el renombrado "Pendón de los Reyes Católicos", que usaban estos monarcas.

15 .- Traía por armas el I Marqués de Leganés, un escudo en frange. 1 y 4: de azur, una caldera jaquelada de oro y de gules y gringolada de siete cabezas de serpiente de sinople en cada asa; dos y tres, de plata cinco armiños de sable puestos en aspa; bordura componada de Castilla y de León. 16 .- Según estudios realizados por nuestro compañero Juan Alonso Resalt.

PRINCIPIOS DE HERÁLDICA Y LA VEXILOLOGíA

En el caso de que la bandera lleve el escudo de armas del lugar, no se colocará en el centro del paño ni en la punta del batiente , como suele ser lo que habitualmente realizan los profanos en estas ciencias (vid las láminas 4 y 5) sino que se situará en la tercia al asta, por ser este sitio el que se considera como el punto de honor de la bandera (vid la lámina 6). Así también podemos contemplar cómo el escudo de España se asienta en este lugar de la bandera y no en el centro de la misma.

Nosotros nos hemos decidido por adoptar para los municipios que nos solicitan la creación de este símbolo por la modalidad de bandera heráldica porque:

1º.- En su origen, todas las banderas fueron heráldicas -Castilla, León, Aragón, Navarra, etc-. Recuérdese el Pendón de los Reyes Católicos, o el de San Jorge de Cáceres, que antes hemos mencionado. Lo que viene a poner de manifiesto que las banderas regionales o municipales deben, si es posible, buscar modelos distintos que los de las banderas nacionales, para diferenciarse de ellas.

2º.- Porque el diseño de los muebles es mucho más fácil en este tipo de banderas heráldicas al no tener que constreñirse en el contorno de un escudo de armas.

3º.- Por sus acusadas características personales, de tal forma que es casi imposible que dos banderas heráldicas puedan coincidir en sus colores y en sus figuras.

4º.- Porque, al tener el artista mayor libertad para el diseño de las figuras, la enseña posee más calidad estética.

5.- Porque las actuales comunidades autónomas, casi todas, suelen ostentar banderas de este tipo, es decir heráldicas, tales como las de: Madrid, Castilla-León, Castilla- La Mancha, Baleares, Murcia, Asturias, Valencia, Cataluña, etc. Reiteramos, vid la plasticidad de las figuras en el modelo número tres, como lo que debe ser un ejemplo de bandera heráldica. Esta pertenece al proyecto del municipio de Miajadas (Cáceres), que ha sido por nosotros ideada 17.

CORRESPONDENCIA DE LOS ESMALTES HERÁLDICOS Y LOS COLORES VEXILOLÓGICOS

En Vexilología no existe la rigidez que se guarda en la Heráldica a la hora de teñir de colores el paño de cualquier bandera, pues se admiten gradaciones de color. Así, por ejemplo, dentro del color azul, pueden elegirse: azul cielo, turquesa, turquí, cobalto, prusia. En el verde hay: celedón, omeya, oliváceo, verdinegro, verdegay, verde bandera, etc. 18

17 .- El diseño de los muebles es de Abelardo Muñoz Sánchez, heraldista y vexilólogo, que nos ha proporcionado dibujos que incluimos en este trabajo, 18 .- SERRADOR AÑINO, op, cit, págs. 57 y ss.

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También se admiten otros colores que no tienen cabida en el campo de la Heráldica, por ejemplo: anaranjado, gris perla y gris plomo, marrón, limonado, caqui, etc.

Y dado que, como ya hemos establecido en líneas anteriores al tratar acerca de los esmaltes que tiñen el campo del escudo de armas municipal, los colores vexilológicos que esmaltan el paño de las banderas serán los equivalentes de aquellos, pero con denominaciones distintas. Así: oro (que no existe en vexilología) se llamará color amarillo; el plata (que tampoco existe), será el color blanco; gules será rojo; el azur, azul, el sinople, verde, el púrpura, violeta y el sable que será negro.

Esperamos con estas breves líneas haber aclarado algunos puntos relativos a estas ciencias, tan en uso en nuestros días, y sin embargo tratadas con tanto descuido por la intromisión de algunos aficionados en este campo

ANEXO : DISEÑO HERALDICO

PARTICIONES PIEZAS Y MUEBLES

ARMAS DE

DON PEDRO CORDERO ALVARADO

Dip lom a d o Sup erior en Herá ld ic a , Vexilolog ía y Cienc ia s Nob ilia ria s Ac a d ém ic o d e Núm ero d e la Rea l Ac a d em ia Ma tritense d e Herá ld ic a y Genea log ía

ANEXO: DISEÑO HERÁLDICO

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A pesar de ser la Heráldica una ciencia casi milenaria, y aun estando en este siglo XXI
recién comenzado -en el que vivimos- sujetos a toda suerte de guerras, de ataques
terroristas que ponen en peligor la existencia del nero humano, y a pesar de estar
inmersos en un proceso de globalizacn y de fusn de los grandes poderes e intereses:
económicos -brusátiles-, agrícolas, industriales, ganaderos medticos, etc., buscando
algunos afanosamente -egoístamente- acumular en muy pocas manos la mayor cantidad
de riqueza posible, aunque sea a costa del sacrificio y de la explotación de grandes masas
de población, las que no llegan a cubrir sus mínimas necesidades vitales, siendo -por estas
causas- presas de la desesperación, del hambre y de la miseria más espantosas. Pues bien,
a consecuencia de todo lo anteriormente expuesto, la humanidad se encuentra sumida en
una grave crisis de valores humanos o lo que es lo mismo éticos -mo-rales- ¡y no hablemos
de los valores religiosos! Pero, a pesar de todo,n se mantiene encendida en el fondo de
las almas de muchos hombres la lamparilla del conocimiento, de la curiosidad, sin que
nadie pueda apagarla, porque la luz de la razón -el afán de saber, de indagar las causas
primeras- es consustancial con la naturaleza humana y porque la búsqueda de la sabiduría
es el anhelo que ga los pasos de las almas puras.
Y en esa aspiración por buscar la verdad, el hombre intenta de manera acuciante,
siguiendo los impulsos de un deseo imperativo, investigar acerca de sus ogenes, de sus
antecedentes familiares, en una gica necesidad por saber de nde viene, para
encaminar sus pasos hacia donde quiere llegar. Y es aquí, en este lugar, en el que se sitúan,
donde se encuentran ubicados los estudios heráldico-genealógicos, que nos proporcionan
los datos que antes requeamos. Estudios que, en los tiempos que corren, han tomado una
fuerza, un brillo y un lustre espectacular, ser tratados bajo el prisma de la investigación
sistemática y de la seriedad cienfica s rigurosas, consideracn que anteriormente se
olvidaba por regla general para caer en los picos de las leyendas y las fabulaciones que
no tenían demostracn contrastada.
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INTRODUCCION