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Masculinidad hegemonica e identidad masculina bonino

Masculinidad hegemonica e identidad masculina bonino artículo completo
Asignatura

Antropología

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Año académico: 2013/2014
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Universidad de Buenos Aires

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Masculinidad hegemonica e identidad masculina bonino

Asignatura: Antropología

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MASCULINIDAD HEGEMÓNICA
E
IDENTIDAD MASCULINA
Luis
Bonino
Psicoterapeuta
y
Director del
Centro de Estudios de la Condición Masculina
Ya hace muchos años que las fuentes de legitimidad de las sólidas identidades de la
modernidad, tales como la familia, el trabajo y especialmente las concepciones de la femi-
nidad y masculinidad, están en lenta transformación. Esto podría hacer pensar que la iden-
tidad masculina y los modelos en que basan los hombres la construcción de esa, su identi-
dad, también lo están. Sin embargo, la interrogación y análisis de las vidas y especialmente
de las prácticas de los hombres -y no sólo de sus discursos-, realizados desde el campo de
la salud mental permite comprobar que aún con los cambios sociales
y
de comportamiento,
las identidades masculinas, su configuración, su continuidad
y
su transmisión permanecen
fuertemente estables.
Y
ello no es porque exista ninguna esencia masculina, sino porque
todavía hoy existe una sola estructura predominante y legitimada como referente para la
construcción de las identidades masculinas: la masculinidad social tradicional. (Beniamin,
1988; Burin y Bleichmar,
1
996; Burin
y
Meler, 2000).
Hay quienes, desde las ciencias sociales y antropológicas (Hearns, 1989; Gilmore,
1990;
Brandes, 199
1
;
Seidler, 1992; Kimmel, 1993; Connell, 1995; DeAlmeida, 2000;
Olavarria y Parrini, 2000) han estudiado la constitución de diferentes manifestaciones de la
masculinidad en contextos y momentos históricos diferentes, llamando a esas manifestacio-
nes «masculinidades», aludiendo a su importancia en tanto diversidades de un único mode
lo predominante de masculinidad. Entre ellos, algunos enfatizan que esas masculinidades
tienen entre relaciones jerárquicas, habiendo una forma hegemónica -cambiante según
épocas y lugares-, pero que al menos desde el Renacimiento, mantiene estables sus ele
mentos básicos (Kimmel, 1993; Connell, 1995
y
1998). Esta forma, la masculinidad tradi-
cional, llamada más exactamente masculinidad hegemónica (MH), no es solo una manifes-
tación predominante, sino que como tal queda definida como modelo social hegemónico
que impone un modo particular de configuración de la subietividad, la corporalidad, la