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Procesos y formas de abarrancamiento y ramblas.
Asignatura: Geografía
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Titulación • Nota:
Educación Secundaria
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Tema 3 - 4: Procesos y formas de abarrancamiento y ramblas.
• Introducción
Los valles secos, drenados por corrientes intermitentes, se hallan por toda la superficie terrestre bajo
climas diferentes, especialmente bajos dominios áridos y semiáridos con pluviometría irregular (estacional,
anual o interanual) tanto en el tiempo como en el espacio.
No existe unanimidad ni en la terminología empleada para designar a este tipo de formas, ni en los
condicionantes climáticos e hidrológicos que explican estas redes desorganizadas de alta energía y
circulación irregular, efímera y esporádica.
El término rambla procede del árabe “ramla”, que significa arenal, haciendo clara alusión a la naturaleza
granular de su lecho. En cada área geográfica o país se le conoce con un nombre distinto. Así, para designar
a este tipo de geoformas, en la Península Ibérica se emplea la palabra río seco (en Cataluña y Valencia
“riera” y en Baleares “torrent); en Argentina “barranca”; en Mexico y Oeste de EEUU “arrollos”; en Atacama
“quebrada”; en el norte de África “uadi”; en Italia “fiumaras”; en los países anglosajones “gully” o
“ephimeral channel”; en Francia “ravines” o “ravins”; en Sudáfrica “donga”; en la India “nulah”; en Calahari
“laagte”...
La escorrentía superficial en estos sistemas está controlada casi exclusivamente por las lluvias,
exceptuando aquellos cauces que están conectados con acuíferos. Podemos decir que hablar de hidrología
en estos sistemas es hablar de avenidas, tratándose éstas normalmente de episodios cortos pero dotados
de altos caudales y con espectaculares efectos geomorfológicos.
A pesar de que las tierras peninsulares están surcadas por ramblas, barrancos, torrentes, cañadas,
vaguadas, cárcavas... existen muy pocos trabajos de investigación referentes a ellas y menos referentes a
su comportamiento. Además, desde un punto de vista hidrológico, aún falta en la actualidad una
información de suficiente calidad para abordar estos estudios.
Desde el punto de vista hidrológico no se presentan diferencias entre ramblas y barrancos, pero si desde
un punto de vista morfológico.
El término barranco evoca cauces con fuertes pendientes y encajados, altas tasas de erosión en materiales
finos y coherentes y una escasa relación anchura-profundidad.
La rambla en cambio sugiere un gran cauce abierto con fuerte capacidad de transporte, sedimentos gruesos
(dependiendo del área fuente), es decir una relación W/D (anchura - profundidad) elevada, sobre todo en
sus tramos bajos Figura .
Casi siempre las cabeceras de las ramblas y afluentes son barrancos. En estos cursos efímeros se distinguen
dos sectores según Thormes (1980):
• Aguas arriba, suelen encajarse los materiales con una sección prismática y angular y una baja ratio
W/d presentando un notable acoplamiento entre cauce y ladera. En dichos casos no existen
notables diferencias con los canales de corrientes permanentes. No se sabe cuando comienza el
cauce y cuando comienza el barranco.
• Aguas abajo predomina el aluvionamiento que llega a rellenar un cauce con materiales gruesos,
tienen altas pérdidas por transmisión (percolación con corriente subalvea), y almacenamiento
subsuperficial. Con frecuencia estos rellenos tienen miles de años y son debidos a procesos
holocenos que en el mundo mediterráneo están estrechamente relacionados con acciones
antrópicas (Butzer 1963 & Vita Vinzi 1969)
• El interés hidrogeomorfológico de las Ramblas.