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Aclaramiento sistema endocrino

resumen del aclaramiento del sistema endocrino
Materia

Fisiología Ii

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Año académico: 2021/2022
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Universidad Autónoma del Estado de México

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  • Secreción hormonal tras un estímulo y duración de la acción de las distintas hormonas

Algunas hormonas, como la adrenalina y la noradrenalina, se secretan varios segundos después de la estimulación de la glándula y tardan en desarrollar toda su acción escasos segundos o minutos; otras, como la tiroxina o la hormona del crecimiento, tardan varios meses en ejercer todo su efecto. Así pues, el inicio y la duración de la acción difieren en cada hormona y dependen de su función de control específica.

  • Concentraciones hormonales en la sangre circulante y ritmos de secreción hormonal

Necesarias para controlar casi todas las funciones metabólicas y endocrinas son increíblemente reducidas. Sus valores en la sangre oscilan desde tan solo 1 pg (una milmillonésima parte de 1 mg) en cada mililitro de sangre hasta, como mucho, algunos microgramos (unas millonésimas de gramo) por mililitro de sangre. De igual modo, los ritmos de secreción de las distintas hormonas son muy pequeños y de ordinario se miden en microgramos o miligramos por día.

  • La retroalimentación negativa evita la actividad excesiva de los sistemas hormonales

La concentración plasmática de muchas hormonas fluctúa en respuesta a los distintos estímulos que tienen lugar a lo largo del día, todas las hormonas estudiadas hasta el momento están, en principio, muy controladas, se ejerce a través de mecanismos de retroalimentación negativa que garantizan un nivel de actividad adecuado en el tejido efector.

Cuando un estímulo induce la liberación de una hormona, los estados o los productos derivados de la acción de esta tienden a detener dicha liberación. En otras palabras, la hormona (o uno de sus productos) ejerce un efecto de retroalimentación negativa con el fin de impedir una secreción excesiva de la hormona o su hiperactividad en el tejido efector.

La regulación hormonal por retroalimentación tiene lugar en todas las fases, incluidos los procesos de transcripción y traducción genética que intervienen en la síntesis de la hormona y las fases de elaboración o liberación hormonales.

  • La retroalimentación positiva puede dar lugar a un incremento de las concentraciones hormonales

Cuando la acción biológica de la hormona induce la secreción de cantidades adicionales, tiene lugar una retroalimentación positiva.

Ejemplo: El gran aumento de la síntesis de hormona luteinizante (lh) que se produce como consecuencia del efecto estimulador ejercido por los estrógenos sobre la adenohipófisis antes de la ovulación. La LH secretada actúa en los ovarios, donde estimula la síntesis de más estrógenos que, a su vez, favorecen la secreción de LH. Con el tiempo, la LH alcanza una concentración adecuada y se desarrolla el control mediante retroalimentación negativa de la secreción hormonal.

  • Variaciones cíclicas de la liberación hormonal

Está sometida a variaciones periódicas que dependen de los cambios de estación, de las distintas etapas del desarrollo y del envejecimiento, del ciclo diurno (circadiano) o del sueño.

La secreción de hormona del crecimiento aumenta de forma notable durante el primer período del sueño, mientras que disminuye en las fases posteriores

Las hormonas hidrosolubles (péptidos y catecolaminas) se disuelven en el plasma y se transportan desde su origen hasta los tejidos efectores, donde difunden desde los capilares para pasar al líquido intersticial y, en última instancia, a las células efectoras.

Las hormonas esteroideas y tiroideas circulan en la sangre unidas principalmente a las proteínas plasmáticas. De ordinario, menos del 10% de las hormonas esteroideas o tiroideas del plasma se encuentra en forma libre.

Ejemplo: más del 99% de la tiroxina de la sangre está unida a las proteínas plasmáticas. No obstante, las hormonas unidas a las proteínas no difunden bien a través de los capilares y no pueden acceder a sus células efectoras, por lo que carecen de actividad biológica hasta que se disocian de las proteínas plasmáticas.

Cantidades relativamente grandes unidas a las proteínas actúan como depósito y reponen la concentración de hormona libre cuando se unen a sus receptores diana o desaparecen de la circulación. Unión de las hormonas a las proteínas plasmáticas retrasa considerablemente su eliminación del plasma

Se conocen dos factores que pueden aumentar o disminuir la concentración de una hormona en la sangre.

El primero de ellos consiste en el ritmo de secreción hormonal hacia la sangre y el segundo es la velocidad de aclaramiento hormonal de la sangre, que recibe el nombre de tasa de aclaramiento metabólico y, de ordinario, se expresa como el número de mililitros de plasma que se limpian de la hormona por minuto.

Para calcular esta tasa de aclaramiento se miden:

  1. la velocidad de desaparición de la hormona del plasma (p. ej., nanogramos por minuto)
  2. la concentración en plasma de la hormona en cada mililitro de plasma mediante el uso de la siguiente fórmula

Las hormonas se «eliminan» del plasma de diversas maneras: 1) destrucción metabólica por los tejidos; 2) unión a los tejidos; 3) excreción hepática por la bilis, y 4) excreción renal hacia la orina.

El número de receptores de las células efectoras no permanece constante, sino que varía de un día a otro o incluso de un minuto a otro. Con frecuencia, las proteínas de los receptores se inactivan o destruyen mientras ejercen su función; en otras circunstancias, se reactivan o la célula fabrica otras nuevas.

Señalización intracelular tras la activación del receptor hormonal

La hormona ejerce su acción sobre el tejido efector formando en primer lugar un complejo hormona-receptor. La formación de este complejo altera la función del propio receptor que, al activarse, inicia los efectos hormonales.

Receptores unidos a canales iónicos

todos los neurotransmisores, como la acetilcolina y la noradrenalina, se combinan con los receptores de la membrana postsináptica, produce casi siempre un cambio de la estructura del receptor, que suele consistir en la apertura o cierre de un canal para uno o varios iones.

Algunos de estos receptores unidos a canales iónicos abren (o cierran) los canales del ion sodio, otros los del ion potasio, otros aún los del ion calcio. Los movimientos de estos iones a través de los canales son los que producen los efectos subsiguientes en las células postsinápticas.

Receptores hormonales unidos a la proteína G

Muchas hormonas activan receptores que regulan de manera indirecta la actividad de proteínas efectoras (p. ej., enzimas o canales iónicos) mediante su acoplamiento a grupos de proteínas de la membrana celular llamadas proteínas heterodiméricas de fijación a trifosfato de guanosina (GTP) (proteínas G).

Se conocen más de 1 receptores acoplados a la proteína G, todos los cuales poseen siete segmentos transmembrana que forman un asa dentro y fuera de la membrana celular.

Algunas partes del receptor sobresalen hacia el citoplasma celular (sobre todo, la cola citoplásmica del receptor) y se acoplan a las proteínas G que constan de tres partes (es decir, son triméricas), las subunidades α, β y γ.

Cuando un ligando (una hormona) se une a la parte extracelular del receptor, provoca en este un cambio de conformación que activa a las proteínas G e induce señales intracelulares que: 1) abren o cierran los canales iónicos de la membrana celular; 2) modifican la actividad de una enzima del citoplasma de la célula, o 3) activan la transcripción génica.

Las proteínas G triméricas deben su nombre a su capacidad para unirse a nucleótidos guanosina. En su forma inactiva, las subunidades α, β y γ de las proteínas G forman un complejo que se fija al difosfato de guanosina (GDP) en la subunidad α.

Cuando el receptor se activa, sufre un cambio de conformación por el que la proteína G trimérica unida a GDP puede asociarse a la porción citoplásmica del receptor e intercambia GDP por GTP.

El desplazamiento de GDP por GTP hace que la subunidad α se disocie del complejo trimérico y se una a otras proteínas de señalización intracelular; a su vez, estas proteínas alteran la actividad de los canales iónicos o de enzimas intracelulares tales como la adenilato ciclasa o la fosfolipasa C, que modifican la función celular.

Los acontecimientos de señalización se interrumpen rápidamente cuando se elimina la hormona y la subunidad α se inactiva a sí misma convirtiendo su enlace con GTP en otro con GDP, la subunidad α vuelve a combinarse de nuevo con las subunidades β y γ para formar una proteína trimérica G inactiva unida a la membrana.

Algunas hormonas se unen a proteínas G inhibidoras (llamadas proteínas Gi ), mientras que otras lo hacen a proteínas G estimuladoras (proteínas Gs ). Dependiendo de que el receptor hormonal se una a una proteína G inhibidora o estimuladora, la hormona reducirá o incrementará la actividad de las enzimas intracelulares

Receptores hormonales unidos a enzimas

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Aclaramiento sistema endocrino

Materia: Fisiología Ii

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Secreción hormonal tras un estímulo y duración de la acción de las distintas hormonas
Algunas hormonas, como la adrenalina y la noradrenalina, se secretan varios segundos después de
la estimulación de la glándula y tardan en desarrollar toda su acción escasos segundos o minutos;
otras, como la tiroxina o la hormona del crecimiento, tardan varios meses en ejercer todo su efecto.
Así pues, el inicio y la duración de la acción difieren en cada hormona y dependen de su función de
control específica.
Concentraciones hormonales en la sangre circulante y ritmos de secreción hormonal
Necesarias para controlar casi todas las funciones metabólicas y endocrinas son increíblemente
reducidas. Sus valores en la sangre oscilan desde tan solo 1 pg (una milmillonésima parte de 1 mg)
en cada mililitro de sangre hasta, como mucho, algunos microgramos (unas millonésimas de gramo)
por mililitro de sangre. De igual modo, los ritmos de secreción de las distintas hormonas son muy
pequeños y de ordinario se miden en microgramos o miligramos por día.
La retroalimentación negativa evita la actividad excesiva de los sistemas hormonales
La concentración plasmática de muchas hormonas fluctúa en respuesta a los distintos estímulos que
tienen lugar a lo largo del día, todas las hormonas estudiadas hasta el momento están, en principio,
muy controladas, se ejerce a través de mecanismos de retroalimentación negativa que garantizan
un nivel de actividad adecuado en el tejido efector.
Cuando un estímulo induce la liberación de una hormona, los estados o los productos derivados de
la acción de esta tienden a detener dicha liberación. En otras palabras, la hormona (o uno de sus
productos) ejerce un efecto de retroalimentación negativa con el fin de impedir una secreción
excesiva de la hormona o su hiperactividad en el tejido efector.
La regulación hormonal por retroalimentación tiene lugar en todas las fases, incluidos los procesos
de transcripción y traducción genética que intervienen en la síntesis de la hormona y las fases de
elaboración o liberación hormonales.
La retroalimentación positiva puede dar lugar a un incremento de las concentraciones
hormonales
Cuando la acción biológica de la hormona induce la secreción de cantidades adicionales, tiene lugar
una retroalimentación positiva.
Ejemplo: El gran aumento de la síntesis de hormona luteinizante (lh) que se produce como
consecuencia del efecto estimulador ejercido por los estrógenos sobre la adenohipófisis antes de la
ovulación. La LH secretada actúa en los ovarios, donde estimula la síntesis de más estrógenos que,
a su vez, favorecen la secreción de LH. Con el tiempo, la LH alcanza una concentración adecuada y
se desarrolla el control mediante retroalimentación negativa de la secreción hormonal.
Variaciones cíclicas de la liberación hormonal

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