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La incorporación ed Portugal a la Monarquia Católica

Apuntes universidad de Salamanca, año 2022
Asignatura

Política y Relaciones Internacionales en la Edad Moderna (101957)

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Año académico: 2022/2023
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Universidad de Valladolid

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La incorporación de Portugal a la Monarquía Católica

Portugal bajo la Casa de Austria —denominado por la historiografía portuguesa como Dinastía filipina o Tercera Dinastía, o también denominada por la historiografía mundial como Unión Ibérica— es el periodo histórico comprendido entre 1580 y 1640 en el que Portugal constituyó una unión dinástica aeque principaliter 1 junto con los demás dominios que componían la Monarquía Hispánica bajo el mismo soberano de Casa de Austria, que fueron:

 Felipe II de España (como Felipe I en Portugal) (r. 1580-1598)  Felipe III de España (como Felipe II en Portugal) (r. 1598-1621)

 Felipe IV de España (como Felipe III en Portugal) (r. 1621-1640) 2

La larga e intensa política matrimonial seguida por los últimos Trastámara y por sus sucesores los Habsburgo con la casa portuguesa de Avis, dio fruto en tiempos de Felipe II.

La rama española de los Habsburgo ascendió al trono portugués en la crisis de sucesión portuguesa de 1580 que se inició a raíz de la muerte sin descendientes del rey Sebastián I de Portugal en la batalla de Alcazarquivir y de su sucesor y tío-abuelo Enrique I de Portugal. El final de la línea directa de Juan III de Portugal arrojaba tres posibles opciones sucesorias:

 Felipe II, hijo de Isabel de Portugal  La Duquesa de Braganza, Catalina de Portugal, nieta de Don Manuel el Afortunado  Antonio, prior de Crato, nieto de Manuel I el Afortunado (extramatrimonial)

A la muerte de Enrique I, el Prior de Crato se autoproclamó rey de Portugal el 24 de julio de 1580. Ante tal hecho, Felipe II reaccionó enviando a un ejército al mando de Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, el Gran Duque de Alba, para luchar contra el Prior de Crato y reclamar sus derechos al trono. No solo se hizo valer por sus derechos dinásticos como sucesor al trono si no que también hizo valer su fuerza militar.

HAY QUE DESTACAR: A pesar de la rápida campaña militar, contó con un número significativo de élites portuguesas, que veían en la unión con la monarquía la solución a la difícil situación por la que atravesaba el reino, y al colapso del sistema de mercedes y beneficios que se venía desarrollando desde el acceso al trono de la dinastía Avís. Además, con esta unión se incrementarían las posibilidades de ver aumentadas sus rentas y prebendas al unirse con la monarquía más poderosa del momento y beneficiarse del desempeño de cargos en la administración, el gobierno y el ejército, o de su integración en la casa del rey.

 La nobleza y el alto clero apoyaba a Felipe II, la burguesía ligada al comercio transatlántico también se inclinaba por un rey fuerte que preservara el imperio portugués de los ataque ingleses y holandeses.  El pueblo llano apoyaba al prior de Crato (solución nacional), el cual exigía el cumplimiento de las leyes que exigían que el rey de Portugal fuera una persona nacida en Portugal.

1 Aeque principaliter (traducida como: «igualmente importantes») es una expresión latina usada por la Santa Sede para indicar la unión de dos o más diócesis (u otras Iglesias particulares locales), cuando para evitar problemas de predominio entre ellas, se les da la misma importancia. La expresión se utiliza también para referirse a algunas uniones entre monarquías. 2 Desde 1640 Felipe IV siguió siendo rey de Portugal en Ceuta, que fue incorporada a la Corona de Castilla en 1656, y continuó intitulándose rey de Portugal, como su hijo Carlos II, hasta la renuncia de los títulos portugueses en el Tratado de Lisboa (1668)

La incorporación de Portugal a la Monarquía Católica

Para conseguir tales apoyos, Felipe se comprometió a mantener y respetar los fueros, costumbres y privilegios de los portugueses. Lo mismo sucedería con los que ocuparan los cargos de la administración central y local, así como con los efectivos de las guarniciones y de las flotas de Guinea y de la India. En las Cortes estuvieron presentes todos los procuradores de las villas y ciudades portuguesas, a excepción de las pertenecientes a las islas Azores, fieles al rival pretendiente al trono derrotado por Felipe II, el Prior de Crato.

El prior de Crato huyó a las Azores, donde continúo resistiendo gracias al apoyo de Inglaterra y Francia. Posteriormente, ya en las cortes de Thomar de 1581 Felipe II fue reconocido como rey de Portugal (con el nombre de Felipe I de Portugal). El secretario Ganvela le aconsejó trasladar la corte a Lisboa, pero gobernó desde Madrid, designo a Fernando Álvarez de Toledo como condestable de Portugal y virrey de Portugal (máximos cargos en aquel país después de propia persona del monarca)

Este fue el principio de la unión real 3 que, sin grandes alteraciones, dominaría hasta cerca de 1640 a pesar de las intervenciones inglesas en las Azores en 1589. La diferencia básica entre la unión personal y real, es que la primera es casual y no crea ningún vínculo jurídico entre los territorios de la unión, mientras que en la unión real se produce una uniformación de su política exterior, como fue el caso de Portugal. Así, la unión de Portugal y Castilla daría lugar a un conglomerado territorial que incluía posesiones en todo el mundo: México, Cuba, América Central, Sudamérica, Filipinas, como núcleos costeros en Berbería, Guinea, Angola, Mozambique, Golfo Pérsico, India y en el sudeste asiático.

3 En la unión real «la persona física del monarca no deriva de una causal coincidencia, sino que es querida por los respectivos códigos de dos o más Estados o por un pacto asociativo que puede ser también tácito entre éstos, si bien permaneciendo distintas las coronas de los Estados» y «descansa sobre un fundamento jurídico establecido de modo deliberado y consciente; en que tiene un carácter permanente, asegurado por órdenes concordantes de sucesión a la Corona»

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Portugal bajo la Casa de Austria —denominado por la historiografía portuguesa como Dinastía
filipina o Tercera Dinastía, o también denominada por la historiografía mundial como Unión
Ibérica— es el periodo histórico comprendido entre 1580 y 1640 en el que Portugal constituyó
una unión dinástica aeque principaliter1 junto con los demás dominios que componían la
Monarquía Hispánica bajo el mismo soberano de Casa de Austria, que fueron:
Felipe II de España (como Felipe I en Portugal) (r. 1580-1598)
Felipe III de España (como Felipe II en Portugal) (r. 1598-1621)
Felipe IV de España (como Felipe III en Portugal) (r. 1621-1640)2
La larga e intensa política matrimonial seguida por los últimos Trastámara y por sus sucesores
los Habsburgo con la casa portuguesa de Avis, dio fruto en tiempos de Felipe II.
La rama española de los Habsburgo ascendió al trono portugués en la crisis de sucesión
portuguesa de 1580 que se inició a raíz de la muerte sin descendientes del rey Sebastián I de
Portugal en la batalla de Alcazarquivir y de su sucesor y tío-abuelo Enrique I de Portugal. El
final de la línea directa de Juan III de Portugal arrojaba tres posibles opciones sucesorias:
Felipe II, hijo de Isabel de Portugal
La Duquesa de Braganza, Catalina de Portugal, nieta de Don Manuel el Afortunado
Antonio, prior de Crato, nieto de Manuel I el Afortunado (extramatrimonial)
A la muerte de Enrique I, el Prior de Crato se autoproclamó rey de Portugal el 24 de julio de
1580. Ante tal hecho, Felipe II reaccionó enviando a un ejército al mando de Fernando Álvarez
de Toledo y Pimentel, el Gran Duque de Alba, para luchar contra el Prior de Crato y reclamar
sus derechos al trono. No solo se hizo valer por sus derechos dinásticos como sucesor al trono si
no que también hizo valer su fuerza militar.
HAY QUE DESTACAR: A pesar de la rápida campaña militar, contó con un número
significativo de élites portuguesas, que veían en la unión con la monarquía la solución a la
difícil situación por la que atravesaba el reino, y al colapso del sistema de mercedes y beneficios
que se venía desarrollando desde el acceso al trono de la dinastía Avís. Además, con esta unión
se incrementarían las posibilidades de ver aumentadas sus rentas y prebendas al unirse con la
monarquía más poderosa del momento y beneficiarse del desempeño de cargos en la
administración, el gobierno y el ejército, o de su integración en la casa del rey.
La nobleza y el alto clero apoyaba a Felipe II, la burguesía ligada al comercio
transatlántico también se inclinaba por un rey fuerte que preservara el imperio
portugués de los ataque ingleses y holandeses.
El pueblo llano apoyaba al prior de Crato (solución nacional), el cual exigía el
cumplimiento de las leyes que exigían que el rey de Portugal fuera una persona nacida
en Portugal.
1 Aeque principaliter (traducida como: «igualmente importantes») es una expresión latina usada por la
Santa Sede para indicar la unión de dos o más diócesis (u otras Iglesias particulares locales), cuando para
evitar problemas de predominio entre ellas, se les da la misma importancia. La expresión se utiliza
también para referirse a algunas uniones entre monarquías.
2 Desde 1640 Felipe IV siguió siendo rey de Portugal en Ceuta, que fue incorporada a la Corona de
Castilla en 1656, y continuó intitulándose rey de Portugal, como su hijo Carlos II, hasta la renuncia de los
títulos portugueses en el Tratado de Lisboa (1668)