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Adela cortina

Resumen de adela cortina bbva
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Ciudadanía y desarrollo sustentable

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Año académico: 2016/2017
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Universidad Tecnológica de México

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.. CÕVICA Y .. DE MÕNIMOS:

EL PAPEL DE LAS FUNDACIONES

1. .. cÌvica mÌnima En las sociedades que constitucionalmente tienen la estructura de democracias liberales, como es el caso obviamente de los paÌses de AmÈrica Latina y el Caribe, existe una doble forma de pluralismo, m·s o menos encarnado en la vida social: un pluralismo polÌtico y un pluralismo moral. El pluralismo polÌtico consiste en la convivencias de distintas ideologÌas polÌticas que comparten una misma base constitucional. El pluralismo moral, por su parte, consiste en la convivencia de lo que desde .. mÌnima me he permitido llamar distintas "Èticas de m·ximos", y de alguna manera John Rawls entenderÌa como "distintas doctrinas comprehensivas del bien". Las distintas Èticas de m·ximos consisten en distintas propuestas de vida buena, de vida feliz, que comparten unos valores y orientaciones comunes a los que podemos denominar "los mÌnimos Èticos", o bien una Ètica mÌnima 1. Este tipo de Ètica es el que une a las personas en tanto que ciudadanas, aceptando la distinciÛn que viene haciÈndose desde la Modernidad entre "la persona" y "el ciudadano". Las personas tienden a una vida feliz y plena, pero, como ciudadanas, aspiran a desarrollar una convivencia justa. La Ètica de los ciudadanos, la Ètica cÌvica, contiene aquellos valores y principios de justicia que comparten las distintas Èticas de m·ximos de una sociedad pluralista, mÌnimos por debajo

1 Adela cortina, .. mÌnima, Madrid, Tecnos, 1986; .. aplicada y democracia radical, Madrid, Tecnos, 1993.

de los cuales no se puede caer sin caer en inhumanidad. Los contenidos de esa Ètica cÌvica serÌan los valores de libertad, igualdad, solidaridad, respeto activo y recurso al di·logo como camino para resolver los conflictos frente a la violencia; se referirÌan al respeto a los derechos humanos de las tres primeras generaciones, y a la idea de que los ciudadanos deben considerarse como ciudadanos sociales, en el sentido que dio a este tÈrmino Thomas S. Marshall. A mi juicio, sin embargo, en un mundo global el mÌnimo de justicia que exige una Ètica cÌvica consiste en conseguir la "ciudadanÌa social cosmopolita", es decir, que todos los seres humanos vean protegidos y respetados sus derechos de primera y segunda generaciÛn 2. Y como las cuestiones de justicia son cuestiones de exigencia, Èste es un mÌnimo exigible para no caer en inhumanidad. øA quiÈn es exigible? Habitualmente se ha entendido que los deberes de justicia deben ser asumidos por el poder polÌtico, en el nivel nacional, transnacional e internacional. Sin embargo, desde los aÒos setenta del siglo XX un buen n ̇mero de voces 3 recuerda que las tareas de justicia no son sÛlo obligaciÛn del poder polÌtico, sino tambiÈn de los otros dos sectores que componen una sociedad: el Sector EconÛmico y el Sector Social. Las fundaciones forman parte del Sector Social o Tercer Sector, en principio, aunque a menudo est·n estrechamente ligadas al econÛmico e incluso al polÌtico. Tradicionalmente, las empresas y los bancos han creado fundaciones, pero en los

2 Ver para todo ello Adela Cortina, Ciudadanos del mundo, Madrid, alianza, 1997, caps. 3 y 7. 3 Entre ellos, John Keane, J ̧rgen Habermas o Michael Walzer.

Justamente del Tercer Sector se espera hoy en dÌa que resuelva problemas planteados por la economÌa y la polÌtica en un mundo globalizado, en el que las personas precisan redes de acogida para no quedar en el vacÌo 4. Esto no significa que el Tercer Sector supla tareas que correspondan a alguno de los otros dos serctores, si no es en situaciones de emergencia, sino que han de trabajar de forma conjunta, estableciendo entre ellos una relaciÛn de complementariedad y cooperaciÛn. Ahora bien, en el conjunto del Tercer Sector existe una notable diferencia entre las asociaciones solidarias y las fundaciones. Las primeras trabajan en ocasiones con empresas que financian algunos de sus proyectos y pueden permitirse a travÈs de esa colaboraciÛn generar capital simpatÌa entre los potenciales clientes a travÈs del "marketing con causa" o del "marketing social". Pero, en el caso de las fundaciones, es muy com ̇n que constituyan el lado social de alguna entidad financiera o de alguna empresa, y en tal caso su comportamiento Ètico debe ser muy matizado, como muestra JosÈ ¡ngel Moreno en su trabajo ".., empresa y fundaciones", porque deben atender a los intereses de la empresa de la que forman parte, pero sobre todo a los intereses sociales que les dan sentido y legitimidad social 5. Los fines de las fundaciones deben ser fundamentalmente la asistencia social, asuntos cÌvicos, educativos, culturales, cientÌficos, deportivos, sanitarios, la cooperaciÛn para el desarrollo, la defensa del medio ambiente, el fomento de la

4 Jeremy Rifkin, El fin del trabajo, Barcelona, PaidÛs, 1996. 5 JosÈ ¡ngel Moreno, ".., empresa y fundaciones" en Entre el fragor y el desconcierto, Madrid, Minerva, 2000, cap. VI.

economÌa o la investigaciÛn, la promociÛn del voluntariado, e incluso la participaciÛn econÛmica activa en la construcciÛn de la paz o en la reconstrucciÛn de un paÌs devastado por la guerra. øCÛmo articular su tarea en el contexto de un mundo globalizado?

3. La Sociedad del Riesgo Global Ciertamente, la globalizaciÛn puede definirse de formas muy diversas. JoaquÌn EstefanÌa la caracteriza como "un proceso por el que las economÌas nacionales se integran progresivamente en la economÌa internacional, de modo que su evoluciÛn depende cada vez m·s de los mercados internacionales y menos de las polÌticas econÛmicas de los paÌses" 6 , y Martin y Schumann la definen en el sentido de que "comunicaciÛn de alta tecnologÌa, bajos costes del transporte y libre comercio funden el mundo entero en un ̇nico mercado" 7. En cualquier caso, lo bien cierto es que el proceso de globalizaciÛn, tal como se est· produciendo, tiene en su base distintas causas, entre ellas, la revoluciÛn inform·tica, la capacidad de desplazamiento de las industrias inteligentes, la eliminaciÛn de barreras (de mercancÌas, de capital financiero, de trabajo), la volatilidad de los mercados de capitales y la universalizaciÛn de estilos de vida costosos. Pero lo esencial es que la base ideolÛgica desde la que se desarrolla el proceso actual de globalizaciÛn es el neoliberalismo. La crisis del Estado del Bienestar y la CaÌda del Muro de BerlÌn parecen dejar

6 JoaquÌn EstefanÌa, La Nueva EconomÌa. La globalizaciÛn, Madrid, Debate, 1996, p. 9. 7 Hans-Peter Martin y Harald Schumann, La trampa de la globalizaciÛn, Madrid, Taurus, 1998.

social y seguridad no funcionan ni la vida social, ni la polÌtica, ni la econÛmica. Ni es posible tampoco que prosperen los paÌses en vÌas de desarrollo porque, como muy bien ha puntualizado el Banco Mundial, los paÌses para desarrollarse necesitan, no sÛlo capital natural, sino tambiÈn capital construido, capital humano y capital social. A mi juicio, la tarea de las fundaciones consiste, entre otras cosas, en colaborar en la tarea de contrarrestar la inseguridad creada por el proceso globalizador orientado por el neoliberalismo, que ha desembocado en la Sociedade del Riesgo Global, y de contrarrestarla, no reactivamente, sino proactivamente: anticip·ndose al futuro, cre·ndolo.

4. .. de las fundaciones y Ètica global Como toda actividad humana, la actividad de las fundaciones tiene unas metas que les dan sentido y legitimidad social. Tales metas, como ya hemos dicho, van m·s all· del af·n de lucro, y se orientan por la idea de que tambiÈn las entidades de la sociedad civil tiene que asumir su responsabilidad en los acontecimientos locales y mundiales para lograr que la globalizaciÛn se oriente de otra manera: que se oriente de una forma Ètica. Porque si el proceso globalizador no cambia de tercio, y no se deja orientar Èticamente, no sÛlo los seres humanos caeremos en inhumanidad, sino que pasaremos de la Sociedad del Riesgo a la destrucciÛn consumada. øEn quÈ medida pueden las fundaciones colaborar en la tarea de crear un futuro con una mayor cohesiÛn social? En primer lugar, ayudando a conservar y fomentando el capital natural tanto en el nivel local como en el mundial. Los

recursos de la Tierra no son infinitos y es preciso proponer medidas que se anticipen a su destrucciÛn mediante propuestas activas y programas de protecciÛn del medio ambiente. La responsabilidad medioambietal es la primera que debe asumir toda fundaciÛn y tambiÈn toda empresa. De hecho la UniÛn Europea propone, tambiÈn a las empresas, llevar el triple balance: econÛmico, social y medioambiental. En segundo lugar, es indispensable realizar tareas que fomentan las capacidades de los miembros de la sociedad localmente, que es lo mismo que generar capital humano. Por "capital humano" se suele entender el aumento en los conocimientos y recursos de gestiÛn, lo cual es verdad, pero el "capital humano" m·s b·sico son las capacidades vitales de los miembros de una sociedad, entre las que cuentan la salud, la educaciÛn y la cultura como las m·s b·sicas. Las fundaciones pueden y deben desarrollar programas de atenciÛn sanitaria, difusiÛn cultural, deporte, y formaciÛn profesional, para cumplir con su responsabilidad local. En el mismo sentido, en paÌses en conflicto profundo est·n llamadas a proponer y desarrollar programas de paz y resoluciÛn de conflictos. Y a colaborar activamente en la reconstrucciÛn de paÌses de paÌses devastados por la guerra o la miseria, asumiendo de este modo su responsabilidad global. En tercer lugar, las fundaciones son decisivas para la creaciÛn de capital social en las distintas modalidades en que se diversifica. Desde Tocqueville al menos sabemos que las redes asociativas son indispensables para el buen funcionamiento de la democracia en los paÌses en que est· implantado el rÈgimen

construir una Ètica de la confianza, que es el primer activo de cualquier sociedad, y en este momento est· en franca decadencia tanto en el nivel local como en el mundial 12. 2) El fomento del comportamiento cÌvico. Una sociedad en la que existe la civilidad, la virtud de los ciudadanos por la que respetan la vida compartida, cumplen las normas justas, cooperan en el mantenimiento de lo p ̇blico, participan en programas cÌvicos, es una sociedad cohesionada socialmente. Las gentes est·n dispuestas a construir conjuntamente su vida compartida. Y, en este sentido, las fundaciones pueden y deben desarrollar programas que animen a los ciudadanos a asumir ese h·bito de la civilidad. Empezando, obviamente, por ellas mismas, que deben ser "fundaciones ciudadanas", responsables de su entorno social y medioambiental. 3) La promociÛn de valores Èticos, que impregnen la vida ciudadana y se transmitan a travÈs de la educaciÛn. Se olvida a menudo que los valores por los que una sociedad act ̇a habitualmente, por muy plural que sea, le dan un sentido de existencia compartida si son valores de solidaridad y, en cambio, la disgregan, si prevalece el individualismo insolidario. Las fundaciones tienen tambiÈn una gran responsabilidad en la tarea de encarnar y a la vez difundir valores de justicia y solidaridad, que componen un importante capital social de los pueblos. En todos estos apartados que hemos mencionado la Ètica de las fundaciones exige, no intentar sÛlo eludir la intervenciÛn

12 Francis Fukuyama, La confianza, Barcelona, Ediciones B, 1998; Adela Cortina (dir.), Construir Confianza, Madrid, Trotta, 2003.

estatal, no intentar generar sÛlo capital simpatÌa para las empresas que est·n tras la fundaciÛn, no intentar sÛlo generar imagen, sino utilizar su independencia relativa para arriesgar el patrimonio en temas pioneros, abriendo creativamente nuevos espacios, para generar productos de calidad que beneficien a la sociedad en su conjunto. Lo cual requiere generosidad y un muy afinado sentido de la justicia. Adela Cortina, Catedr·tica de .. y FilosofÌa PolÌtica de la Universidad de Valencia y Directora de la FundaciÛn .. ("para la .. de los Negocios y las Organizaciones"

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ÉTICA VICA Y ÉTICA DE NIMOS:
EL PAPEL DE LAS FUNDACIONES
1. Ética vica mínima
En las sociedades que constitucionalmente tienen la
estructura de democracias liberales, como es el caso obviamente
de los pses de Arica Latina y el Caribe, existe una doble
forma de pluralismo, más o menos encarnado en la vida social: un
pluralismo político y un pluralismo moral.
El pluralismo potico consiste en la convivencias de
distintas ideoloas políticas que comparten una misma base
constitucional. El pluralismo moral, por su parte, consiste en
la convivencia de lo que desde Ética mínima me he permitido
llamar distintas "éticas de ximos", y de alguna manera John
Rawls entendería como "distintas doctrinas comprehensivas del
bien". Las distintas éticas de máximos consisten en distintas
propuestas de vida buena, de vida feliz, que comparten unos
valores y orientaciones comunes a los que podemos denominar "los
nimos éticos", o bien una ética nima1.
Este tipo de ética es el que une a las personas en tanto
que ciudadanas, aceptando la distincn que viene haciéndose
desde la Modernidad entre "la persona" y "el ciudadano". Las
personas tienden a una vida feliz y plena, pero, como
ciudadanas, aspiran a desarrollar una convivencia justa. La
ética de los ciudadanos, la ética vica, contiene aquellos
valores y principios de justicia que comparten las distintas
éticas de ximos de una sociedad pluralista, nimos por debajo
1 Adela cortina, Ética nima, Madrid, Tecnos, 1986; Ética
aplicada y democracia radical, Madrid, Tecnos, 1993.